
"Steve me preguntó si pondría 50.000 dólares a cambio de un tercio
de la compañía. Yo era tan listo que dije que no. Es casi gracioso cuando
pienso en ello ahora, salvo cuando estoy llorando"
A sus 71 años, mientras Apple registra los mayores beneficios obtenidos
en un solo trimestre por ninguna otra compañía, Bushnell recuerda este capítulo
de su vida. "Steve y yo llegamos a ser amigos muy cercanos. Vivíamos a
unos dos bloques el uno del otro y el aparecía algún sábado o domingo por la
mañana en su moto para tomarnos una taza de té y hablar acerca de diferentes
dilemas empresariales a los que se enfrentaba y sobre los que yo podía
aconsejarle."
Cuando tuvo la oportunidad, Bushnell rechazó ese tercio de Apple al
considerar que supondría un conflicto de intereses teniendo en cuenta que Atari
también se dedicaba a hacer ordenadores. "Si... eso fue un gran error,
¿qué puedo decir?"
Cambiando de tema, Bushnell asegura que Apple podría enfrentarse en un
futuro no demasiado lejano a un "terrible problema":
"Pienso que Apple tiene un terrible problema. Existe algo conocido
como el 'extra del innovador' que significa que puedes conseguir un margen
extraordinario gracias a tu innovación. Incluso aunque los 'fast followers'
puedan llegar a igualar tus características, sigues siendo conocido como aquel
que innova, así que tu marca tiene una imagen mejor. Ese extra solía tener una
esperanza de vida de unos ochos años, pero ahora creo que se ha reducido hasta
los cuatro como mucho. Si [Apple] no continua realizando algunas innovaciones
realmente destacables, pronto podría despedirse de su habilidad para cobrar precios
premium."
Es una teoría interesante, aunque quizás el error sea pensar que la
clave del éxito de Apple puede reducirse simplemente a un único parámetro.
Innovar es importante, por supuesto, pero si el iPhone puso patas arriba toda
una industria no fue simplemente por ser innovador, sino por ofrecer además una
experiencia realmente satisfactoria para sus usuarios.
Se ha repetido hasta la saciedad, Apple no suele ser el primero en nada,
pero sí quien da en el clavo cuando llega. Apple Pay podría ser el ejemplo más
reciente; un servicio que difícilmente puede etiquetarse de innovador pero que
sin embargo está barriendo a sus competidores.
Quizás en abril, con suerte, volvamos a tener otro caso de estudio más
con el lanzamiento del Apple Watch. Hasta entonces, lo que podemos dar por
seguro es que cualquier compañía del planeta sueña con tener problemas tan
terribles como los de Apple.
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