sábado, 3 de enero de 2015

La epidemia del ébola comenzó con un árbol hueco, un niño y unos murciélagos

Las investigaciones sobre la epidemia de ébola azotando a Africa desde el año pasado continúan y ahora parece que se ha comenzado a esclarecer el misterio de como comenzó todo. El paciente cero, un niño de dos años, parece haberse infectado en una árbol hueco donde habitaban un grupo de murciélagos.

La villa de donde el niño Emile Oumauno era originario se encuentra en Guinea, una comunidad pequeña de aproximadamente 31 casas dentro de la región boscosa del país, una región que atrae a los murciélagos de la fruta, los megaquirópteros. Los resultados fueron publicados por un grupo de científicos liderados por Almudean Marí Saéz en el journal Embolmed.

En inicio la investigación consideró un grupo posible de animales que hubieran sido capaces de contaminar al paciente, pero una pieza de evidencia descartó a todos menos a los murciélagos: Ninguna otra especie tuvo una baja significativa en la población. Eso, sumado a la costumbre Guinea de cazar los murciélagos pudo llevar a una transmisión una variante específica del virus del ébola: El Zaire.

La variante Zaire es una de las cinco especies del virus del ébola conocidas, descubierta en 1976. Esta variedad es la causante de la epidemia que ha afectado a Sierra Leona, Guinea y Liberia, siendo también esta la variante más letal conocida del virus.

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